Rodeada de calas, pequeños islotes y el mar, los dos días volaron. Apenas un dia de playa y otro para sumergirme en otro mundo. Una pequeñisima parte he visto, pero al menos pude hacer dos cosas que no he logrado hacer en muchísimo tiempo, y menos aun en Madrid: bucear y leer un buen libro.
Ambas immersiones en la Isla del Toro, preciosas.
Echaba de menos la sensación de estar pendiente de respirar. Bajo el agua sólo cuando vemos especies asombrosos, olvidamos respirar. Y luego, un million de burbujas se escapan a la vez. Uno de los buzos del grupo sacó algunas fotos – incluyo una aquí, pero en su blog existe un sin fin de imagenes asombrosas.
Vimos morenas, meros, doncellas,dentones, barracudas, pulpos, sargos imperiales, cabrachos, salmonetes, peces loros, y muchos más de sus familiares.
Muchos de los sitios recomendados (Soller, Playa del Mago, Cala Romantica, Formentor, Port Cristo) se quedan para la próxima visita. Una brisa de inspiración me tienta a volver de nuevo, sobretodo estando a 1 hora de vuelo desde Madrid.
Mar Balear – la escuela de buceo, fue muy acogedora.
Desde unos meses, llegaba a leer apenas unas cuantas hojas por semana – finalmente, concluí mi escapada habiendo acabado un libro excelente (Many Lives, Many Masters – de Brian Weiss). La historia, sobre vidas pasadas y reencarnación, me dejó con un poco más en que pensar.
Savita 